Estos objetos que pasan desapercibidos pueden grabar todos tus movimientos
Si hay un gadget actual que ha cambiado el mundo del espionaje es el humilde y cotidiano teléfono móvil. Hoy casi todo el mundo tiene acceso a un dispositivo que puede grabar vídeo en alta definición, capturar imágenes con detalle y rastrear movimientos, sobre todo los suyos propios. Mahle desvela que una parte de la formación de cada agente es aprender a detectar cuándo está siendo vigilado. «Si vas a tener una reunión clandestina, tienes que ser muy cuidadoso de que se realice con seguridad», explica. «La vigilancia puede presentar diversas formas; podría ser el tipo que te sigue mientras conduces por la ciudad o podría ser vigilancia electrónica. Los teléfonos son básicamente dispositivos GPS; son balizas que pueden rastrearte. Entrenamos a nuestros agentes
para que sean conscientes de la vigilancia física y técnica que tienen que evitar para mantener la operación a salvo».
TECNOLOGÍA EN MINIATURA
La tecnología de los espías se ha visto forzada a evolucionar aún más mediante diminutos microtransmisores y microchips que son casi invisibles a simple vista. Las gafas que contienen cámaras y micrófonos integrados, que parecen los diminutos tornillos que sujetan las piezas de las lentes, le dan un nuevo significado a la expresión ‘ojo de espía’. La principal ventaja es que la cámara ve lo mismo que quien lleva las gafas y el gran angular garantiza la captura de una escena lo más amplia posible. Aparatos como estos se pueden comprar en Internet, pero, lejos de
ser un truco publicitario barato, Mahle afirma que tecnología similar es la que forma parte del kit de herramientas básico de un espía: «usamos cámaras ocultas y dispositivos de escucha, pero todo depende de si se necesita la información en tiempo real», nos cuenta. «Si grabas algo, estás deseando volver a verlo u oírlo para entender mejor a tu adversario».
«Los aparatos no te salvan en el momento crucial», nos previene. «Hoy la tecnología está muy extendida, pero, en algunos lugares, los servicios de seguridad pueden empezar a hacer preguntas si detectan un dispositivo de comunicación como una cámara o un teléfono. Como espías, somos muy cuidadosos y nos aseguramos de no alertar a nadie. No puedes dejar que tus herramientas de espía te descubran».